El camino de los Ángeles que conduce a la Serenidad
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Los planetas de nuestro sistema solar ejercen una influencia energética, es un hecho conocido desde hace mucho. Cada planeta influye primeramente en el signo zodiacal al que está asociado, pero también en los demás signos. Veamos más de cerca el planeta Venus, el destacado planeta de la emotividad, la sensibilidad y la estética.
Desde el punto de vista astral, Venus gobierna dos “casas” principales (o sectores): el del conocimiento y el de los “vínculos kármicos”. Nos recuerda que estamos continuamente sometidos a la “ley kármica”, la que hace que todas nuestras acciones tengan tarde o temprano repercusiones de una u otra forma.
Si Venus gobierna principalmente nuestras relaciones, es gracias a su gran energía de cohesión. Tiene el poder de unir elementos que están separados, incluso opuestos, como el espíritu y la materia, el calor y el frío. Interviene mucho en las relaciones amorosas, gobernando el poder de seducción y la sensualidad.
Venus, apodada la “diosa”, se asocia a los encuentros amorosos, a la dulzura y también a la expresión de los talentos artísticos. Domina los signos de Tauro y Libra, que poseen una gran sensibilidad artística y un sentido de la estética especialmente desarrollado.
Cuando se encuentra en exaltación, Venus puede empujarle a tener un temperamento iracundo o a manifestar cierta inmadurez.
La energía de Venus es una energía magnética por excelencia, la fuerza de la atracción que favorece la unión y la sociabilidad.
En los periodos de máxima influencia, Venus no solo puede aumentar su poder de seducción, sino también estimular su creatividad y reforzar sus vínculos sociales. Sin duda alguna, es el planeta más influyente en lo relativo a su vida amorosa y sus emociones.
Pero cuidado: cuando su influencia se asocia a la del planeta Marte, puede incitarle a expresarse de forma demasiado sincera, incluso explosiva. Por tanto, conviene recordar que demasiada impulsividad afecta al equilibrio de las relaciones.