El camino de los Ángeles que conduce a la Serenidad
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Es un hecho cierto y reconocido desde hace mucho tiempo: los planetas de nuestro sistema solar ejercen una influencia energética. Antes que nada, cada planeta influye en el signo zodiacal que le está asociado, pero también en los demás signos. Miramos más de cerca la influencia de Neptuno, el planeta misterioso del sueño y de la imaginación.
Neptuno es un planeta misterioso, vinculado a las dimensiones más profundas de nuestro ser. En la mitología griega, Neptuno es el dios del mar.
Desde un punto de vista astral, sabemos hoy que este planeta está vinculado a las profundidades de nuestro cuerpo astral (o emocional) y que representa una de nuestras dimensiones más sutiles.
Cada vez que ejerce una acción positiva, Neptuno nos acompaña en nuestra evolución porque favorece el despertar de nuestra naturaleza humana sensible. Nos lleva a apreciar la belleza de las cosas que nos rodean, nos sensibiliza sobre la naturaleza cercana y nutre nuestros sueños.
La dirección que indica no es mala porque nos aporta la inspiración y la intuición, pero cuidado, no hay que perderse en sus ilusiones…
De hecho, con la energía de Neptuno, puede que nos dejemos llevar excesivamente por nuestros sueños, a través de la ilusión de objetivos irrealistas.
Este planeta no le insufla una energía dinámica sino imaginativa. No cuente con él para llevar a cabo proyectos que requieren acciones fuertes, sino más bien para inspirar su visión del futuro.
Neptuno predomina en el signo del Piscis y su elemento principal es el Agua.
Las personalidades fuertemente marcadas por Neptuno son muy cariñosas, generosas y sensibles. Tienen una percepción particularmente fina del mundo exterior y de sus sutilezas. Durante su vida, pueden vivir numerosos momentos de iluminación.
Pero cuando Neptuno se encuentra en exaltación en su camino de vida, pueden fácilmente perder el sentido de las realidades y caer en la trampa de la fantasía, la apatía y la pasividad.
Neptuno nutre y enriquece la imaginación pero hay que tener cuidado, porque no le ayudará a mantener los pies en la tierra.