El camino de los Ángeles que conduce a la Serenidad
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Entre todas las profecías de fin del mundo anunciadas por numerosos profetas, las de Nostradamus son sin lugar a dudas las más precisas y sorprendentes. Son una mezcla de horror y de esperanza.
Cuando redactó Las Centurias, utilizó un lenguaje simbólico. Por ello se pueden interpretar sus predicciones de numerosas maneras. Sería demasiado largo citar todos los cuartetos en los que hace alusión al fin del mundo pero vamos a ver algunos ejemplos a continuación.
Según Nostradamus, pese a que sus predicciones corran hasta los años 6000, 3797 marcará el fin de la Tierra. Sin embargo, precisa que esta fecha no corresponde al fin del mundo, ya que la humanidad evitará este desenlace fatal al mudarse a otro planeta habitable años antes.
La Tierra también indicará que está enfadada. De hecho, numerosas tradiciones la consideran un organismo vivo, los Griegos de la Antigüedad la llamaban Gaia. A causa de los excesos de los hombres, Gaia sufrirá seísmos, ciclones, erupciones volcánicas e inmensos maremotos.
Estos sobresaltos de la Tierra precederán o se desencadenarán al mismo tiempo que una guerra nuclear.
Esta guerra nuclear durará veintisiete años y destruirá una buena parte del planeta y de sus habitantes, lo que impulsará a los sobrevivientes a explotar la tecnología para construir naves espaciales capaces de transportarles hacia otros planetas
Esta carrera tecnológica estará acelerada por las previsiones desastrosas de los climatólogos que anuncian grandes catástrofes climáticas y por los cálculos y estudios astronómicos que atestiguan que la Tierra pronto estará destruida por el Sol una vez que haya quitado su eje de rotación y vaya a la deriva en el espacio.
Según el profeta, una lluvia de meteoritos caerá en nuestro planeta, justo antes de que desaparezca. Estará compuesta de fragmentos de Mercurio y de Venus, destrozados en una colisión con el Sol antes de que éste choque con la Tierra. Pero en aquel momento, toda vida habrá desaparecido de la superficie de la Tierra, porque, como indicado antes, los terrícolas se habrán ido a otro planeta.
De hecho, el impacto terrible de los meteoritos en la Tierra provocará una onda de choque tan fuerte que desencadenará seísmos y maremotos muy poderosos. Olas enormes de varios miles de metros de altura lo destrozarán todo en su pasaje, todo no será más que ruina y devastación.
Cuando ocurra, los terrícolas ya estarán colonizando otros planetas y nuevos sistemas solares. ¡Fundarán nuevas civilizaciones y se convertirán probablemente en dioses para las poblaciones primitivas de algunos de estos nuevos mundos!