El camino de los Ángeles que conduce a la Serenidad
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Sucede una vez al año, en primavera: es cuando el día y la noche duran lo mismo. Este acontecimiento tiene una versión otoñal: el equinoccio de otoño. ¿Pero qué sucede precisamente durante este momento tan particular que llamamos equinoccio de primavera?
La palabra equinoccio se refiere a un acontecimiento astronómico que se produce dos veces al año y durante el cual la duración del día es igual a la de la noche.
Equinoccio es un término que proviene del latín: “aequus”, que significa “igual” y “nox, noctis”, “la noche”. Entonces, es el momento en el que el día es igual a la noche.
La Tierra gira alrededor del sol, por ello cambia de posición cada día del año en un movimiento de traslación. Durante su rotación anual, hay que destacar dos momentos esenciales: los equinoccios de primavera y de otoño. En estos momentos precisos, el eje de la Tierra se encuentra perpendicular al sol que baña entonces los dos hemisferios de manera idéntica, lo que no es el caso el resto del año.
El día y la noche duran en esta jornada lo mismo, en cada lugar en la Tierra.
El equinoccio de primavera se da entre los días 19 y 21 de marzo. En esta fecha, el hemisferio norte da la bienvenida a la primavera.
De hecho, el equinoccio no es un simple fenómeno astral, es un acontecimiento que tiene un significado profundo.
Primero, hace referencia a una de las fiestas más importantes de la tradición cristiana: Pascua. Esta fiesta se celebra el primer domingo de luna llena después del equinoccio primaveral. Se celebra la resurrección de Cristo, es decir la victoria de la luz sobre las tinieblas.
Según la tradición, el equinoccio de primavera se encuentra bajo la protección del arcángel Rafael, portador de esperanza.
Pero el equinoccio de primavera también celebra el renacimiento en su sentido más amplio: el renacimiento de la naturaleza y de cada ser humano. En primavera, la naturaleza empieza a renacer, las temperaturas suben y los paisajes se llenan de colores vivos y hermosos.
¡La naturaleza está de fiesta, y deberíamos seguir su ejemplo! Podríamos disfrutar de esta energía del renacimiento que reina por todo el planeta para revitalizar nuestros cuerpos y recuperar energía.
En todas las partes del mundo, existen tradiciones y se practican numerosos rituales en relación con el equinoccio de primavera: meditación, ejercicios de respiración para entrar en comunión con la naturaleza, todo vale para purificar su energía y dar un nuevo soplo a su existencia.
No cabe duda de que el equinoccio de primavera es un acontecimiento astral poco común, que sólo se produce una vez al año. Pero sobre todo, es la ocasión de tomar conciencia de que llegó la primavera. Deberíamos aprovechar esta energía de transformación para renovar nuestras costumbres y, por qué no, poner orden en algunos aspectos de nuestras vidas.