El Sol alcanza su cenit a mediodía. Su luz brillante es el símbolo de la plena consciencia. Entonces, es el momento de aprovechar la oportunidad de alcanzar el tipo de “Consciencia” a la que quiere iniciarse.

Un pequeño ejercicio de plena consciencia

Haga algo que no tiene costumbre de hacer, poco importa lo que es. Puede ser cocinar un pastel o cuidar del jardín. 

El objetivo de este ejercicio es inundar su consciencia de la tarea que va a realizar. Nada importa más que su pastel o la parcela de tierra en la que está trabajando. Debe concentrar toda su atención en cada uno de sus movimientos, como si su vida dependiera de ello.

Tomamos el ejemplo del pastel: hágase con un gran bol, mezcle los ingredientes y observe cuidadosamente la combinación. Preste atención a cada uno de sus gestos. Sienta lo maravilloso que es tener todos estos ingredientes y herramientas en sus manos. 

Piense en los siglos de evolución necesarios para que los Seres Humanos lo elaboren.

Ahora, ponga la masa en un molde para hornear, concentrando toda su atención en lo que está haciendo, con movimientos precisos, como si no hubiera nada más importante en su vida. Cuando sea plenamente consciente de todas estas pequeñas cosas, llegarán a ser las más preciadas para usted, porque no existirá nada más que el pastel que está cocinando.

Vivir en el momento, vivir en la eternidad

Entonces, habrá realizado algo increíble: vivir en el momento presente, ¡aprovechar el momento! Y si a partir de este pequeño ejercicio de plena consciencia, llega a ponerlo en práctica en cada momento de su vida, alcanzará la felicidad absoluta porque, una vez más, ¡el momento es eterno! Por lo que concierne a sus preocupaciones inmediatas, hay una cosa cierta: pasará un buen día.