El camino de los Ángeles que conduce a la Serenidad
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Si desea realmente progresar, cambiar su existencia y acceder a la realización de sus deseos, debe trabajar a la vez en su mente y en su cuerpo. De hecho, si algo afecta a su mente, afectará automáticamente a su cuerpo y viceversa. No es necesario realizar ejercicios físicos complicados para despertar su consciencia.
La primera solución consiste en practicar una disciplina que conlleva una dimensión espiritual como el yoga, la relajación, el qi-cong (que es una forma de gimnasia china), el tai-chi o las artes marciales (judo, karate, etc.).
De hecho, todas estas prácticas orientales están vinculadas a las tradiciones, las religiones o el desarrollo personal.
La explicación reside en el hecho que la cultura oriental no hace la diferencia entre el cuerpo y la mente e insiste en la interdependencia de estos dos componentes del ser. En Oriente, se considera que lo que es bueno para el cuerpo es bueno para la mente y viceversa y se desarrollaron entonces prácticas en este sentido.
Por ello, ya estudie la filosofía de una tradición oriental (budismo o hinduismo) o practique una actividad física (yoga o tai-chi), llegará a serle natural poner en práctica un ejercicio que integra y unifica el cuerpo y la mente.
La práctica de la relajación demuestra la influencia de la mente en el cuerpo: por ejemplo, a una persona nerviosa le costará realizar correctamente las posturas de yoga.
Pero si relaja su mente, llegará a ser más flexible y a mejorar sus movimientos para sacar más beneficios mentales y corporales en sus prácticas físicas. Al mismo tiempo, sus órganos y sus sistemas internos (sistema inmunitario, circulación sanguínea, respiración, sistema nervioso y cerebro) funcionarán mejor.
Del mismo modo, si no practica la espiritualidad, una actividad física o un deporte que le gusta puede servirle de base para su transformación personal y mejorar su vida.
Si juega al fútbol, al rugbi, a la petanca, si practica la natación, el ciclismo, la jardinería o el bricolaje, adopte siempre un estado de ánimo positivo y sacará beneficios a nivel espiritual.
La actividad física no sólo permite quemar calorías, mantener su cuerpo, proteger sus sistemas internos, etc. sino que también estimula la producción de endorfinas, las hormonas del placer.
Entonces, cada vez que se active a nivel físico, desarrolle ideas positivas y pensamientos benévolos hacia la humanidad y su propia persona.
En la vida, todo puede llegar a ser espiritual, incluso cada forma de actividad física o deporte. ¡Depende de cómo practica y de sus pensamientos del momento!
Mientras tanto, la actividad física mantiene su cuerpo y libera endorfinas, lo que estimula sus capacidades cerebrales y le permite alcanzar niveles de consciencia superiores para acceder a otros niveles de realidad y acelerar sus decisiones.
Por ello, siempre muestre positividad cuando practica una actividad espiritual, un deporte o una actividad física. De esta manera, desarrollará a la vez su cuerpo y su mente.