El camino de los Ángeles que conduce a la Serenidad
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Se ha probado: nuestra manera de hacer, de actuar, de comportarnos influye en nuestro psiquismo y en nuestra moral. El mejor ejemplo es algo que hacemos cada día: caminar. Diría más bien, nuestro “paso”.
El objetivo es adoptar un “paso feliz“: evite los pequeños pasos, enderece sus hombros, levante la cabeza. Ande con grandes zancadas, balanceando los brazos como si acudiera a una cita amorosa que espera desde hace mucho tiempo.
Los investigadores son formales: tener un paso feliz hace realmente más feliz.
Un paseo por la naturaleza, sobre todo si hace buen tiempo, nos ayuda a evacuar el estrés y los pensamientos negativos. De hecho, movernos nos impide dar vueltas a ciertas cosas y participa a reinstaurar nuestra alegría de vivir.
Y no se mejora únicamente la moral, sino también nuestra salud física, porque el sedentarismo, ya lo sabemos, es nuestro peor enemigo. Cualquier buen médico se lo confirmará…
Recientes investigaciones lo demostraron:
Le invito a meditar las palabras de dos grandes escritores:
– Montaigne: “Mis pensamientos se duermen si los siento. Mi espíritu se detiene si mis piernas no caminan”
– Carlyle: “El único deber del hombre es andar siempre adelante”…